Nadha es en sáncrito "Sonido que sale de lo más profundo del ser". En otras palabras, expresión del alma. Este blog y el arte en cualquiera de sus formas para mí son eso, mi nadha personal.







miércoles, 6 de marzo de 2013

La burbuja


A pesar de todos los inconvenientes, la verdad es que en la burbuja se estaba muy bien. Era fácil de trasladar y como era trasparente, las cosas se disfrutaban igual. O casi igual. El dolor no llegaba, el frío, las sensaciones más fuertes. Todo llega amortiguado, licuado, suave. Todo llegaba desalmado, también. El alma de las cosas era energía demasiado frenética para llegar. A veces había algo que la hacía querer romperla. Pero nunca llegaba a abrir un hueco antes de que el objeto perdiera brillo y viera como los otros sufrían por él. Por suerte.
Odiaba las flores. Todo aquello que odiaba, las flores. Belleza sin ninguna utilidad, adoradas e inservibles, adoradas por delicadas, por superfluas, morírían pronto. Ningún elemento había en las flores que hubiera en ella. Todo en ella era demasiado. Esa era su palabra. Demasiado pesada, demasiado corpórea, demasiado expresiva y charlatana, demasiado reservada. Demasiado aquí, pesada, notable. Demasiado allá, quien sabe donde, demasiado fantasma, demasiado alejada de los demás. Esta acá y todos la notan siempre pero su cabeza está tan lejos, tan lejos.
La pinchó porque la estaba ahogando. No fue tan fácil, se miró las manos sangrar. Tan horrendamente hermosas. Tan hermosamente reales. No sabía que la realidad se podía sentir tan real. Corrió a mostrarle al mundo lo horrendo, lo hermoso y lo real todo mezclado, disuelto. Acá afuera todo estaba mezclado. El dolor y el sol, las risas que le lastimaban los tímpanos y la hacían llorar. Y entonces escuchó que el negro y el blanco hacían gris. Todo mezclado. Complejo, decían, ambiguo. Conceptos. No escribís tan bien. Y era verdad. Descubrió que todo aquello bueno en ella, podía ser una terrible mierda. Y que todo aquello bueno que no existía en ella si existía, de alguna forma, invisible, estaba ahí. Que loco el mundo del revés. Bastaba que algo saliera de su mundo y fuera a EL Mundo para que se diera vuelta, girara, cambiara, y volviera siendo el mismo pero diferente.
Con lo fuerte se llora y con lo suave se ríe. Entonces la violentaron tan sutilmente que la pobre entendió que tenía que sonreír. No sabía que uno se desangra siempre de a poco, nunca es repentino y cortante. No entendía el concepto de tortura. Y sonreía mientras se desintegraba. Un día se arrancaba un pelo, una uña, una pestaña. Años creyendo que sentía mal, que su cuerpo y su alma y lo que fuera aquel ello que sentía por ella, sentía mal. Quería llorar porque sí, le decían. Sí, lloro porque si, pensaba. Nena mala, nena mala desagradecida y egoísta. Las nenas buenas se desangran en silencio. Y eso hizo.

1 comentario:

  1. Hola, hemos agregado un trackback (enlace hacia este artículo) en el nuestro ya que nos pareció muy interesante la información detallada pero no quisimos copiarla, sino que nuestros lectores vengan directamente a la fuente. Gracias... www.simitporplaca.net

    ResponderEliminar

cupcakes: primer intento ever

cupcakes: primer intento ever