Nadha es en sáncrito "Sonido que sale de lo más profundo del ser". En otras palabras, expresión del alma. Este blog y el arte en cualquiera de sus formas para mí son eso, mi nadha personal.







miércoles, 6 de marzo de 2013

Vengo de una familia de mujeres. Casi literalmente. Tuve figuras paternas sólo los primeros años de mi vida. Para los 6 ya no me quedaba ninguna. Pensándolo ahora, creo que fue mejor sufrir la pérdida de muy chica, menos traumático.
De cualquier forma, el proceso de tomar consciencia de mí misma lo transcurrí entre mujeres, casi exclusivamente. Y entre familia numerosa de mujeres en todas las generaciones, conocí muy bien el universo femenino. Y hablo del verdadero, no del mundo minita, que implica cosas tan banales y acotadas como combinar ropa que usa todo el mundo y tips de belleza. Hablo de la complejidad que implica ser mujer en este contexto socio cultural. De cómo viven sus relaciones, de cómo se organizan, de cómo el sistema nos enseña a ser así, porque no lo somos de manera natural: nos enseñan a ser complicadas, rebuscadas, a estresarnos, a acomplejarnos.
De chica no me daba cuenta, claro. Creía que la mujer era naturalmente más compleja. Y como buena nena que vive en una burbuja rosa, pensaba que los hombres eran simples, brutos, y fáciles de entender. Sí, fáciles. Era difícil mantener una relación con ellos, pensaba, porque suelen ser más inmaduros que las mujeres.
Nunca me identifiqué cuando las mujeres se quejan diciendo que los hombres son difíciles de entender. Para mí, durante casi toda mi vida,la mayoría de los hombres eran simple y llanamente, idiotas. Escuchaba que a los hombres se les decía tal o cual cosa, se hacía tal otra para que te miraran, para atraerlos. Para mí era una ecuación, fácil. Un juego. Y me fascinaba ver cómo funcionaba, como los hombres eran tan básicos y fáciles. Todas esas reglas estúpidas, funcionaban. Pero a mí me fascinaban la vida de las mujeres. Miraba a mis hermanas y me parecían infinitamente interesantes, increíblemente admirables por estar arreglando algo en su propia casa, con una remera de los Guns vieja, y a las horas estar maquilladas, con el pelo perfecto, con un vestido que les quedaba perfecto. Sus amigas eran iguales. Todas las mujeres jóvenes hacían eso, y por lo tanto, todas eran admirables.es 
Claro, después me di cuenta de que no todas las mujeres ni todos los hombres eran así. Y que si una gran parte lo eran, no se debía a algo natural, simplemente la sociedad incentiva, constantemente, a que cumplamos esos roles. Y pesa sobre los dos géneros. Los únicos hombres que realmente me gustan, son los que pueden romper ese molde.
Y en cuanto a las mujeres, todos los hombres, todos los bisexuales, toda la gente cuyo criterio considero válido me dijeron lo mismo: Lo que pasa con las mujeres, es que una vez que sabés lo que es el amor de una mujer, no hay vuelta atrás. Una vez que tenés algo tan grande como eso, todo se ve opaco, no hay nada más trascendental que el amor de una mujer. Ya sea innato o por la personalidad que desarrollamos por la sociedad ( y creo, es una mezcla de los dos), la mujer casi siempre conecta.  Creo que no es coincidencia que seamos nosotras las que damos a luz. Pero yo soy demasiado ignorante para saber defender esa hipótesis, aunque crea en ella.

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