La gente te da un montón de cosas todo el tiempo sin darse cuenta. Su forma de vestirse, de caminar, de pararse, de reirse, de saludar. Su forma particular de ver las cosas y de enfrentar la vida. Su forma de querer. La cagada de ser sensible es que notás toda esa información que te están dando todo el tiempo aún sin querer. Digo, son lindas, pero cuando llega el momento de que se vayan, perdés mucho más que la gente que no lee entre líneas. Los sensibles siempre estamos perdiendo mucho.
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