Nadha es en sáncrito "Sonido que sale de lo más profundo del ser". En otras palabras, expresión del alma. Este blog y el arte en cualquiera de sus formas para mí son eso, mi nadha personal.







miércoles, 29 de enero de 2014

Lo natural es el caos

En realidad, mis sueños hablan del mismo tema pero mezclan recuerdos, miedos y, lo que es peor, los hubieras, esa proyección futura de un pasado, ese tiempo paralelo en el que pasaron cosas que nunca van a pasar.
Digo a veces estoy otra vez en el departamento de Congreso, frente a los equipos. Me siento en el sillón enorme mirando los parlantes, los amplificadores, la radio antigua, tus códigos civiles. El cuadro de tango. El sol entra hermoso pero no me llega al cuerpo porque dejás la persiana muy baja siempre. Odiabas el sol. Y yo odiaba que odiaras el sol. Esperaba que te gustara el calor como a mí a pesar de saber que lo médicos te prohibían terminantemente estar al sol. Esperaba tanto de la gente en ese entonces. Nena estúpida y soberbia. Me sentaba ahí pataleando en silencio mientras limpiabas el saxo con tranquilidad. El ruido del metrónomo parecía el tic tac de un reloj.
 Pero otras veces estamos en donde dijiste que ibas a ir conmigo o que ibamos a volver. Los hubieras, las proyecciones. Mis inventos. Nos sentamos (de nuevo) en la entrada a un parque de San Juan y me enseñás a ajustar la exposición del lente (de nuevo). O miramos las ballenas. Ahora, en el sueño, es invierno y yo ya terminé el colegio pero volvemos a tener la misma conversación.
-Las ballenas son hermosas.
-Son horribles Víctor, tienen pegadas esas cosas asquerosas.
-Creí que te gustaban los animales.
- No me los como por moral, no porque no sean horribles.
Te reís como te reíste. Así te lo tomabas. Así me tratabas. Ahora pienso en eso y te digo gritame, ¿por qué me tratás bien? Soy una mocosa soberbia y quejosa. Pero vos nunca me tratás mal, siempre le ponés buena onda y yo siempre estoy irritada y enojada y no te respeto.

Los sueños de lo que evito son los peores. Camino por las montañas. Hace años extraño esa sensación. Hace años la necesito, solo ahí puedo respirar bien, hacer que el agujero negro girando que tengo adentro se calme. Pero prometiste volver conmigo. No puedo volver sin vos. No quiero volver sin vos.
Lo veo de lejos. En la casa del amigo de Victor. No quiero que el amigo me vea pero tengo que mirar a los ojos a Trueno, pienso. Me gustan los caballos y en especial sus ojos porque me tranquilizan. Corro pero antes de llegar este tipo me ve.
Me sonríe y de pronto la escena ya no es paz. La luz se vuelve macabra. El corazón otra vez me late como en la ciudad, como en los ataques de pánico, en los horrendos momentos de espera. Horror.
 Es una escena que me imaginé miles de veces. Yo vuelvo, sus amigos y conocidos me reciben. Me invitaban a pasar como siempre, tomá unos mates, querés tortas fritas, cómo está Buenos Aires. La anticipación de hablar hace que el corazón me esté por explotar y saltar para adelante.
No puedo volver. La perspectiva de contarlo me era y me es insoportable. ¿Cómo voy a mirar a esa gente a los ojos y decirles que se cagó muriendo? ¿qué lo dejé sólo?
En mis sueños me respondo con mi propio auto odio. Proyecto todo, cosas que no tienen nada que ver: sos una forra, me dicen. Qué pelotuda engreída. Te creés que querés ayudar a la gente y no podés ayudar a nadie, fantasías patéticas, delirios de grandeza. Gorda de mierda, una pobre mina que no puede ser feliz porque tiene que ser perfecta, te salvó la vida y lo trataste como si fuera invisible, es la única persona que te cuidó en tu vida, desagradecida egoísta, te merecés que no te amen, te merecés que tu viejo se haya ido, te merecés que te haya golpeado, humillado, tratado como si no dieras ni lástima, como si dieras asco, como si fueras desechable. No sos buena. No sos buena. No sos nada. Sos patética.
No me molesta soñarlo, me molesta despertarme. Por las conclusiones de mierda que repaso después, tratando de dormirme de nuevo mientras me abrazo las rodillas: todo eso no tiene nada que ver, no fue mi culpa. Se hubiera muerto igual. Se hubiera muerto igual. Sólo en la imaginación el mundo es ordenado y la Historia es kantiana. En la realidad no hay fines ulteriores, no hay un sentido. Nadie nos está mirando. Se hubiera muerto igual. No hay hilo conductor que se nos imponga. Las cosas pasan y nosotros las unimos como queremos. Se hubiera muerto igual. Porque la vida es una mierda y la justicia es algo inventado por el hombre, no existe ningún puto equilibrio universal, sólo caos.
Sería hasta soberbio creer que tenés algo de culpa. Dios mío, cuánta culpa tengo.

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