Nadha es en sáncrito "Sonido que sale de lo más profundo del ser". En otras palabras, expresión del alma. Este blog y el arte en cualquiera de sus formas para mí son eso, mi nadha personal.







viernes, 13 de septiembre de 2013

Cosas que nunca te voy a decir

Me doy cuenta de las cosas. Y pensé en ir corriendo y confundirte (porque seguro ibas a, simplemente, confundirte. Creo que algo llegué a conocerte.) Pero pensé, ¿de qué sirve?¿Me lo merezco? No. Nunca fui el tipo de persona que busca la tortura lenta. Si, seguro me perdí de oportunidades lindas en la vida por no querer meterme en un lugar del que no sabía como iba a salir. Pero esta vez no era así.
Era gracioso que expresaras no saber lo que querés porque para mí era obvio lo que necesitas y lo que te gusta y lo que te ablandaría. No lo digo con ningún sentimiento de superioridad ni de odio, es un simple statement. No digo tampoco que sea obvio para los demás, no lo sé. Pero para mí era, por lo menos, adivinable. Yo sabía lo que querías y lo que te haría bien, y te quería dar todo eso. No sabés cuánto quería. Enserio. No sabés la fuerza mental y las energías que ponía en callarme y no demostrarte demasiado para que no salieras corriendo, en recordar que tal vez seguías pensando en tu ex entonces no tenía sentido contarte “me dijeron Juli”, cuando me decían que era igual a ella, que te habías conseguido una igual...Y ahora pienso que tal vez, tal vez me iría mejor si hiciera lo que se supone es inmaduro, si lo expresara enseguida. Sólo porque necesito confirmación, necesito hacer las cosas tangibles o me como la cabeza hasta el final de los días. Aún así, no pido confirmación, no quiero molestar. Y sí, me como la cabeza por el resto de mi vida. Por eso aprendí a olvidar, a correr, a soltar.
Mentira. Eso parece, pero no. Los que escapamos en realidad es porque no sabemos soltar, no sabemos olvidar. Tapamos, hundimos, envolvemos, enterramos. Y las cosas siguen ahí. Tratamos de olvidar ciertas partes. Pero siempre sabemos que hay un paquete ahí, enterrado. Creamos cajas de Pandora que nunca deben ser abiertas porque destruiría el poco equilibrio que lográs armar pero a la vez, hasta que no la abras no vas a lograr el equilibrio de verdad.
Para la gente como yo lo más difícil del mundo es el equilibrio. Digo, a todos nos cuesta pero si sos hipersensible es más fácil irte al otro extremo para intentar compensar. Y así es como yo al final de cualquier ciclo empiezo a contar cosas que al otro los sorprenden o que quizás nunca se hubieran imaginado porque me desespero, porque siento que al final no importa cómo salieron las cosas o quien tiene la culpa, lo único que importa es que la persona no se vaya antes de que le diga lo que pienso de verdad y pueda llenar los huecos borrosos que sé que genero.

Una parte de mí sospechó desde el principio que no te merecías todo el esfuerzo y que me ibas a hacer mierda. Y a lo último me demostraste que no, no te lo merecías. Pero esa parte no mandó ni se impuso hasta el final.

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