si pudiera despegar mi yo de mis fantasmas,
los envolvería juntos y los guardaría lejos y a salvo.
Lejos de mí y a salvo de mi mente enferma.
Si pudiera cortarme la grasa y la pena, extirparme la culpa y la angustia, las reemplazaría por tranquilidad y felicidad.
Si alcanzara con borrar los recuerdos, lo borraría todo, absolutamente todo. Si el problema fueran los demás, lo superaría, me obligaría. Pero el problema soy yo, ya no me soporto. Quiero vivir pero sólo logro sobrevivir. Soy una cuasi mujer que ya no se respeta, que se quedó vacía, sin redes, ni sueños ni brillo. Acá solo ve penumbra y polvo, y nada le importa demasiado: hay una piel que la separa del mundo normal y feliz, su propio mundo mental.
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