Si se destruyen los espejos, niña, la realidad se parecería más a la fantasía, la irrealidad estaría mas cerca. Si no existieran, no reprocharías, tu fe en vos misma aumentaría.


Solo los lagos reflejarían, solo la luz y la alegría. Si se destruyen los espejos, la única persona que no puede amarte te amaría, niña mía.
Si se destruyen los espejos, nunca más te odiarías.

Decime cómo querés que te alcance si nunca dejas de correr delante de mí. Si cuando me canso paras, como burlándote de mi poca resistencia a esta vida.


Corrió y corrió, como el agua, como el viento en suspiros, pero sin necesitar respirar. Lo vio en el cielo, en sus rayos. Vivió el instante de perderse en algo ya conocido. Pero cuando estaba despegando su alma, la cadena en su tobillo se hizo repentina e inequívocamente real. Y dejo su alma seguir volando, continuar sola. Su cabeza con sus pies, sus ojos y su cuerpo entero no pudieron seguir su ritmo y se dejo volver, apesadumbrada, caer con lágrimas secas y llantos que solo se escucharon en la otra dimensión, a la tierra donde solo había una escalera que subía: soñar.