Escuchó el reloj, a las sombras de la noche. Se quedó en silencio y escuchó la ciudad que nunca duerme, el tren a lo lejos. Pudo oír también los susurros de su alma, contándole, revelándole lo que ella quería, sus sueños y sus más grandes miedos. Retratándose. Antes preguntaba: quien soy? soy yo, me contestaron mis catorce años. Ahora le pregunto a mis 20: cómo (qué) soy yo?
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